En su declaración ministerial, el presunto feminicida serial de Atizapán narra cómo conoció a sus víctimas. Su testimonio se conoció en el contexto de la audiencia de juicio oral que se llevó a cabo en el penal de Barrientos
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Un juez de control vinculó a proceso a Andrés “N”, el presunto asesino serial de Atizapán de Zaragoza, por su presunta responsabilidad en el delito de feminicidio de Reyna, de 34 años, y de al menos otra cuatro más, según quedó al descubierto durante la audiencia de juicio oral que se llevó a cabo en el penal de Barrientos, municipio de Tlalnepantla, Estado de México.
En la diligencia, que se desahogó en poco más de cuatro horas, el imputado se reservó su derecho a declarar, aunque en el curso de la misma la Fiscalía mexiquense dio lectura a la primera declaración ministerial de Andrés en la que acepta su responsabilidad en el crimen de otras cuatro mujeres más perpetrados en años anteriores.
“Lo hecho, hecho está, sólo quiero decir la verdad, ahí está el esposo (de Reyna), él vio todo”, dijo el inculpado antes de que su abogada lo reprendiera.
En su primera testimonial, Andrés, quien trabajó en alguna época en un rastro, narró que su primera víctima fue una mujer de nombre Norma “N” que trabajaba en un bar. La asesinó a puñaladas en 2001, luego de que ella se negó a sostener una relación con él.
Su siguiente víctima fue Berenice “N”, a quien conoció también en un bar. La cortejó durante algún tiempo con la intención de entablar una relación formal, pero la mujer se negó. Le clavó un cuchillo en el pecho y después la destazó.
En 2016 entabló amistad con Flor Ninive. Ella también trabajaba en un bar. La invitaba a comer y le daba dinero. Cuando ganó su confianza le pidió que fuera su pareja, pero ella se negó y pagó las consecuencias. La mató en octubre de ese mismo año.
Tres años más tarde, en 2019, trabó amistad con Rubiela, a quien acabó secuestrando. La tuvo en su casa un tiempo y luego la asesinó.
En la diligencia, el esposo de Reyna rindió su versión de los hechos. Refirió que el viernes de la semana pasada se despidió de su esposa a las cinco de la mañana y se fue a trabajar. Ella le dijo que ese día iría a comprar refacciones para celulares, que se había quedado de ver con Andrés.
Reyna ya no regresó a la casa. Preocupado, el esposo fue a buscar a Andrés. En un principio no tuvo respuesta. Regresó más tarde y nada. Entonces decidió abrir por la fuerza al domicilio del sujeto de 72 años y encontró a su mujer cercenada sobre la mesa del comedor.
En su declaración, el esposo de la víctima pidió al juez que se dejara de mencionar que su mujer tenía una relación amorosa con Andrés. Aclaró que sólo era amigo de la familia, que le tenían lástima y trataron de apoyarlo.